martes, 6 de mayo de 2014

Nieves Hidalgo - Brumas

Clifford Ellis, duque de Ormond vive con el estigma de la muerte de su esposa, lo que le ha convertido en un hombre severo que nada quiere saber de la sociedad, y mucho menos de un nuevo matrimonio. Sin embargo su abuela y la Corona se han confabulado contra él y han decidido que debe tener una nueva duquesa para Hallcombe House. 
Eleanor es escocesa de pies a cabeza y nunca se ha dejado intimidar, pero cuando conoce a Ormond se siente amenazada… y fascinada. 
Cliff decide, al conocerla, que si debe casarse lo hará con ella, con la nieta de Dauly McKenna, el hombre más odiado por su abuela. 
Eleanor no tiene otro remedio que aceptar ese matrimonio. Después, el misterio que rodea el castillo, las extrañas muertes que se suceden, el peligro que se cierne sobre ella y un secreto que desea desvelar, la seducirán tanto como la atracción que empieza a sentir por el duque.




Opinión personal

La "BESTIA" y la FIERECILLA INDOMABLE

Amor - Atracción, secretos insoportables y algunos inconfesables, mentiras infundadas, pasión (con algún que otro “empotramiento” de los que nos gusta), misterio, mucho misterio, fantasmas y un largo etc engordan Brumas, una de las novelas de Nieves Hidalgo.

Una historia romántica, muuuy romántica, donde las risas están aseguradas, pero también un misterio que rodea a la atractiva figura del protagonista masculino, Clifford Ellis. Su figura esta rodeada de claro oscuros, de luces y sombras como de un aura misteriosa, a la que los chismorreos de la alta sociedad añaden más ingredientes a su trágica historia, pero que él también se encarga a que vayan a más, por ni los afirma ni los desmiente. Pero todo ello no deja de ser un engranaje más dentro del entramado de esta novela, donde viejas rencillas familiares pondrán la guinda del pastel. Aunque lo que enreda todo es la venganza de uno de los personajes (una sorpresa que te pilla al final).

La pareja protagonista:

Clifford Ellis: “Si tuviera que definirlo diría que severo. O amargado”. Así lo define Bethia, la criada de Lea. Es un hombre atractivo de hombros anchos, piernas largas, de manos cuidadas y delgado. "No se percibía un gramo de grasa bajo la levita". Ella en más de una ocasión lo llama arrogante y a medida que lo va conociendo se da cuenta que todos los rumores que corren de su persona no corresponden a la realidad. Además la honestidad es lo que más le gusta Lea. El negro era su color favorito.

Lea McKenna: “que sois temperamental, consentida, que no os agrada demasiado el dulce, que os fastidia el color negro (...) os gusta bailar, domináis el piano y el arpa, algún idioma” estas son las palabras que le regala Ellis a Lea. Escocesa, con un fuerte carácter, muy decidida y obstinada, cabezona, muy cabezona. Este carácter y temperamento será una brisa de aire fresco para Ellis. Le encanta leer y tiene una autora de la que es fan y defiende a muerte: J. Preston. Algo que sorprenderá, siempre para bien, a Ellis y es una “coincidencia” que hará que, sin quererlo, los unirá más.

Pero en toda esta historia no sólo tenemos a esta gran pareja protagonista. Hay otra que viene de antiguo. Esa pareja está formada por el abuelo de Lea, Dauly McKena. La otra parte la forma la abuela de Clif, Samantha Ellis. Esta vieja pareja son la clara muestra de que del amor al odio hay un paso. Os dejo una muestra:

-Sigues   tan   repugnantemente   bien   plantado   como   cuando   eras   joven,   condenado   escocés   del   demonio  -  la  oyeron  decir  en  un  auditorio  en  el  que  parecía  haberse  detenido  el  tiempo.

-Y tú tan impúdicamente hermosa... aunque   con   la   misma   lengua   viperina.   Pensé   que   los   años   ablandarían  tu  carácter,  pero  veo  que  me  equivoqué.  ¿Cuándo  te  comportarás  como  una  verdadera   dama,  Sam? 

Una novela romántica refrescante que debería leerse sí o sí, porque la risas y las sorpresas están aseguras y marcan la diferencia con otras novelas románticas históricas.

Nota 8/10

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